sábado, 8 de agosto de 2009

Paso a paso la Toma del Morro de Arica

Debido a que escaseaban las provisiones de alimento, las tropas chilenas necesitaban urgentemente una conexión al mar. En razón de lo anterior, los chilenos decidieron asaltar la ciudad de Arica, para asegurar la línea de abastecimiento para la campaña de Lima.

Las fuerzas peruanas estaban al mando del coronel Francisco Bolognesi y una dotación de 1.819 hombres. La división chilena estaba al mando del teniente coronel Pedro Lagos Marchant con 5.379 soldados de infantería.


El 5 de junio de 1880 a las 8:00 AM., al mismo tiempo que los cañones chilenos bombardeaban la costa de ariqueña, el mayor chileno José de la Cruz acudió al cuartel peruano a solicitar la rendición de las tropas del coronel Bolognesi, quien se negó rotundamente.

Al mando del Teniente Coronel Pedro Lagos, las tropas chilenas se componían por:

885 hombres del Regimiento Buín 1º de Línea
1.053 hombres del Regimiento 3º de Línea
941 hombres del Regimiento 4º de Línea
1.000 hombres del Regimiento Lautaro
400 hombres del Batallón Bulnes
300 hombres de los Carabineros de Yungay
300 cazadores a caballo
500 hombres de las 4 Baterías de Artillería
con un total de 5.379 hombres

El 6 de junio se llevó a cabo un segundo bombardeo, provocando muchas bajas peruanas. A la medianoche, en la madrugada del 7 de junio, el coronel Lagos abandonó el campamento de Azapa con sus tropas, rumbo al sector del morro.

El coronel Bolognesi disponía de 1.819 hombres y la tripulación del blindado Manco Capac. Sus tropas tenían un número muy inferior a las tropas chilenas, sin embargo, el ejército peruano estaba confiado de la posición estratégica del morro, puesto que era accesible sólo por el frente norte, el cual estaba defendido por una artillería de cañones de 250 libras. Hacia el frente este y sur existía una trinchera de tres kilómetros.

En las costas de Arica, el blindado Manco Capac hacía su guardia en la costa, tratando de neutralizar el ataque chileno.

El coronel Pedro Lagos dispuso un movimiento distractivo, para hacer creer a los peruanos que el ataque masivo sería por el frente norte, debilitándose los frentes sur y este. Haciendo uso de esta estrategia, a las 6:50 AM. el teniente coronel Lagos ordenó el siguiente ataque: por el frente este atacó el Regimiento 4º de Línea y el Regimiento Buín. Por el frente sur, lo hizo el Regimiento 3º de Línea. Y por ultimo, el frente norte fue atacado por el Regimiento 2º de Línea y el Regimiento Lautaro.

Los soldados chilenos atacaron con gran bravura en un combate cuerpo a cuerpo, haciendo uso de sus bayonetas y corvos. La bandera fue izada a las 7:45 AM después de 55 minutos de lucha. En el ataque mueren Bolognesi, Ugarte y la mayor parte de los oficiales peruanos.

El general Manuel Bulnes y carabineros de Yungay tomaron la plaza de Arica a las 8:30 AM.

En mérito a la victoria en el morro, el general Baquedano fue ascendido a general de división. El número de prisioneros peruanos fue superior a 1.000 y un número igual cayó en la batalla. Las bajas chilenas sólo ascendieron a 473 entre muertos y heridos.

¿Qué se celebra el 7 de junio?

Las bajas del ejército chileno fueron menores que las del ejército peruano. Dentro de los muertos se encontraba el valeroso coronel peruano Francisco Bolognesi y entre las tropas chilenas el teniente coronel Juan José San Martín, Comandante de Regimiento 4º de Línea, quien falleció mientras tomaba por asalto el lado este del morro.

El Ejército de Chile conmemora cada 7 de junio el día de las Glorias de la Infantería, como una forma de dar reconocimiento al valor y heroísmo de los soldados de los regimientos 3º y 4º de Línea.

martes, 4 de agosto de 2009

Carta de un Soldado del Batallón Colchagua a su Esposa

Lima 22 de Octubre de 1881

Señora María R. de Avila

San Fernando

Idolatrada Esposa:

Son en mi poder tus dos últimas cartas de fecha 19 del pasado y 2 del presente; En la primera de las dos me dices que tu salud se encuentra perfectamente como igualmente la de mis hijitas y la de mi pobre vieja. No me detendré a hacerme más extensivo sobre la primera carta; pero no podré menos que objetarte que en ella todavía guardabas un poco de resentimiento con tu negro que jamás te olvidará.

Me concreto ahora a contestarte negra mía, tu última en la que me dices que recibiste los dos pesos que te incluí en mi última de lo que me he alegrado mucho, pues los mandé con desconfianza; pero Dios ha querido que llegue a tu poder.

Me conmovió profundamente los buenos recuerdos y los ruegos que mis tiernas hijas hacen de mí y les vuelvo a mandar un beso y un abrazo y que rueguen siempre por su papá.

Altamente me congratulo esposa mía que cesen nuestras discordias domésticas y ojalá que siempre; como lo espero desde la fecha; no tengamos motivos de disgusto, pues yo por mi parte no creo te daré motivos para ello.

Yo, como tú chinita, también tengo vivos deseos de verte para hacerte un mundo de caricias y a mis hijas para darle uno y mil besos. Y a la vieja no me atrevo a verla por lo que dice que me va a tirar las orejas, y temo que me las corte. Sin embargo creo que no lo hará pues no será tanto lo que me hará si le doy un abrazo antes que le de las orejas.

El Batallón nuestro, como ya lo sabrás, lo han hecho de Línea quedando por supuesto, los que han querido con contrata por 1 y 5 años. Como tú puedes comprender yo no he querido quedarme a pesar de las ofertas que me han hecho y espero en Dios que no me deje un momento mi energía para resistir y espero que tú y todas me ayuden a rogar a Dios que no me quede más de militar; bastante esposa y negra mía he sufrido y te he hecho sufrir a ti, a mis dos hijas y a mi madre. Quiero yo estar a tu lado en fin, al lado de mi familia para poder servirles mejor, pues siendo militar tendrás que sujetarte a la miserable mesada que no te alcanza para darle pan a mis hijas. Pero confiemos en Dios que él nos ayudará.

No sabemos todavía cuando nos mandarán a Chile a todos los que no han querido engancharse, pues le llegó a nuestro Coronel un decreto del Supremo Gobierno que le dice que todo individuo que no se quede voluntariamente en el cuerpo, los mande en el primer transporte que salga a Valparaíso, este ha sido el motivo porque no te he escrito con más paciencia, creyendo haber marchado a principio del presente, pero ahora no puedo decir cuando nos vamos, pero quizá no pase del mes entrante, esto no impide que apenas llegue la presente, me contestes en el acto. Ruega pues que mi ida sea pronto, tal como yo deseo.

No te mando nada por que no nos han dado un centavo de suple, y se dice que no nos dan porque esperan nuestra partida para darnos algo sobre lo que tenemos ganado. Paciencia mi chinita y confiemos en Dios, que él regulará todo según su divina voluntad.

Querida:

Paréceme que no llega el día ya, en que llegue a ver a tí, a mis dos hijas y a mi pobre viejecita, aún más no veo las horas en que pueda ver a la Teresita, no sabes cuando deseo verme pronto por allá para contarles a todos ustedes lo que he pasado en la vida que llevo de militar. Ahora soy completamente otro, mi caracter se ha cambiado por completo y no van a conocerme, que hasta mis facciones son distintas, ni mis ideas son como las tenía. El corazón del hombre al ser militar se pone viejo y distinto, en lo único que no he cambiado es que soy bullicioso como siempre y dispuesto a la -------------. Yo les contaré cuando llegue - con un buen cántaro de baya al lado y una buena cazuela - las peripecias de un soldado; en fin, me parece que pocos se me van a hacer los días para contarles todo lo que me ha pasado, en fin, pronto quizá llegue ese día.

Dándote besos y abrazos a ti chinita mía, se despide tu esposo, que de corazón espera estar a tu lado.

Bernardino Avila

PD: Muchas caricias a mis chicas, un abrazo a mi viejecita y finas expresiones a tu familia.

No dejes de contestar de ninguna manera.

Articulo extraìdo de la pagina www.laguerradelpacifico.cl

domingo, 2 de agosto de 2009

DISCURSO DESPEDIDA RESTOS SOLDADO CHILENO ENCONTRADO EN DISTRITO DE CHORRILLOS LIMA PERU








"NOS ENCONTRAMOS EN LA PLAZA DE LA CIUDADANÍA, HISTORICO LUGAR EN EL CORAZÓN DE LA REPÚBLICA, PARA RENDIR - EN ESTA SOLEMNE CEREMONIA - UN TRIBUTO A UN SOLDADO CAIDO EN COMBATE, EN CUMPLIMIENTO A SU SAGRADO JURAMENTO DE RENDIR LA VIDA POR AMOR A CHILE.

EL EJÉRCITO CHILENO –EN CUYA REPRESENTACIÓN TENGO EL HONOR DE HACER USO DE LA PALABRA – DESPIDE CON HONORES DE REGLAMENTO, Y PROFUNDO RESPETO Y ADMIRACIÓN LOS RESTOS DE UNO DE SUS INTEGRANTES QUE MURIO POR LA PATRIA EN EL CAMPO DE BATALLA.

LOS CHILENOS DEBEMOS SENTIRNOS ORGULLOSOS COMO NACIÓN. SUS SOLDADOS, COMO LO DEMUESTRA NUESTRA HISTORIA MILITAR, JAMÁS HAN VACILADO EN ENTREGAR SUS VIDAS CUANDO HAN TENIDO QUE LUCHAR POR LA INDEPENDENCIA, LIBERTAD Y SOBERANÍA DE SU PATRIA.

LA APARICIÓN DEL CUERPO DE ESTE SOLDADO CHILENO MUERTO A FINES DEL SIGLO XIX, ENCONTRADO A FINES DEL SIGLO XX, Y AHORA, SEPULTADO EN SU LUGAR DEFINITIVO, EN LOS INICIOS DEL PRESENTE SIGLO XXI, NOS HABLA DE LO QUE ES EL EJERCITO CHILENO, UN CUERPO ESPIRITUAL UNIDO EN EL TIEMPO POR LA SANGRE DERRAMADA EN LOS CAMPOS DE BATALLA Y SU HISTORIA, YA PROXIMA A CUMPLIR JUNTO CON LA PATRIA EL BICENTENARIO DE SU CREACIÓN.

ESTE SOLDADO ANTE CUYOS RESTOS ESTAMOS, NOS RECUERDA QUE LAS GLORIAS DEL EJÉRCITO SON DE SIEMPRE Y PARA SIEMPRE Y QUE EL ESPÍRITU DEL EJÉRCITO DE HOY ES EL MISMO DEL AYER Y DEL MAÑANA.

EN EFECTO, RENDIMOS TRIBUTO A UNO DE ESOS VALIENTES SOLDADOS QUE PARTIERON SIN LA CERTEZA DE SOBREVIVIR, ENTREGANDO SU JUVENTUD Y HASTA SU VIDA POR EL PATRIOTICO DESEO DE VER FLAMEAR SU BANDERA VICTORIOSA.

ESTA MISMA BANDERA QUE CON LEGITIMO ORGULLO VEMOS QUE FLAMEA EN LOS MASTILES DE LA PATRIA Y CUBRE EL FÉRETRO CON LOS RESTOS DE ÉSTE HEROE DE CHILE, ES LA MISMA POR LA CUAL MURIO EN COMBATE ESTE VALIENTE SOLDADO CHILENO CUYOS RESTOS POR SIEMPRE, DESCANZARAN JUNTO AL LIBERTADOR DE CHILE GRAL BERNARDO O´HIGGINS RIQUELME, EN ESTE LUGAR DE RESPETO Y TRADICIÓN REPÚBLICANA.

LA HISTORIA LOS UNE, AMARON A CHILE, LUCHARON POR LA PATRIA Y AMBOS HAN SIDO REPATRIADOS DESDE LA HERMANA REPÚBLICA DEL PERÚ.

SU CUERPO, AUN VISTIENDO EL GLORIOSO UNIFORME DEL EJÉRCITO CHILENO FUE ENCONTRADO EN EL DISTRITO DE CHORRILLOS, AL SUR DE LIMA. SI BIEN NO SABEMOS NADA DE SU VIDA PERSONAL, SI SABEMOS DE SU VIDA MILITAR, SE TRATA DE UN SOLDADO DEL EJÉRCITO CHILENO, DE LÍNEA, QUE FUE HERIDO DE MUERTE EN COMBATE DURANTE LA BATALLA DE CHORRILLOS, EL 13 DE ENERO DE 1881, PROBABLEMENTE EN UNOS DE LOS MÁS CRUENTOS COMBATES DE LA ÉPOCA DEFENDIENDO A CHILE Y SU BANDERA, BUSCANDO LA VICTORIA Y LA GLORIA, QUE AL TERMINO DE LA BATALLA ÉL SEGURAMENTE NO ALCANZO A VISLUMBRAR.

LA GUERRA DEL PACÍFICO LLEGABA A SU FASE MÁS DECISIVA. EL AGUERRIDO EJÉRCITO CHILENO EXPEDICIONARIO A LIMA, SE ALISTABA PARA LA BATALLA AL MANDO DEL GENERAL BAQUEDANO QUIEN EN LA VISPERA DEL COMBATE MANIFESTO A SUS COMANDANTES SUBALTERNOS: “YO ESPERO QUE TODOS CUMPLAN CON SU DEBER. SOMOS CHILENOS Y EL AMOR A CHILE NOS SEÑALARÁ EL CAMINO DE LA VICTORIA. ADIOS COMPAÑEROS. HASTA DESPUÉS DE LA BATALLA

LAS ULTIMAS HORAS DE VIDA, DE ESTE SOLDADO LAS PODEMOS DEDUCIR DE LO QUE NOS NARRA LA HISTORIA MILITAR: LLEGO EL 12 DE ENERO DE 1881, DESDE LA HORA DE DIANA, SE NOTABA EN EL CAMPAMENTO DE LURIN UN ALBOROZO GENERAL PRECURSOR DE GRANDES ACONTECIMIENTOS, COMO QUE ERA LA VISPERA DEL ATAQUE AL ENEMIGO QUE SE DEFENDERÍA CON DENUEDO EN SUS FORMIDABLES TRINCHERAS, SIENDO NECESARIO TOMAR MUCHAS DE ELLAS A LA BAYONETA.

LOS COMANDANTES FORMARON A SUS UNIDADES PARA DAR LECTURA A UNA PROCLAMA DEL CUARTEL GENERAL QUE TERMINABA ASÍ; “MAÑANA AL ACLARAR EL ALBA, CAEREIS SOBRE EL ENEMIGO Y AL PLANTAR SOBRE SUS TRINCHERAS EL HERMOSO TRICOLOR CHILENO, HALLAREIS A VUESTRO LADO A VUESTRO GENERAL EN JEFE, QUE OS ACOMPAÑARÁ A ENVIAR A LA PATRIA AUSENTE EL SALUDO DEL TRIUNFO, DICIENDO CON VOSOTROS ¡VIVA CHILE!”.

A LA ORDEN DE ROMPER FILAS, TODOS SE DEDICARON A LOS ULTIMOS APRESTOS, MUCHOS A ESCRIBIR A LOS SUYOS; LOS MAS SE HACÍAN MUTUOS ENCARGOS. OTROS EN SILENCIO PEDÍAN A DIOS SU PROTECCIÓN. COMO EJEMPLO DE ELLO, ENTRE LAS PERTENENCIAS A ESTE SOLDADO SE LE ENCOTRO UN DETENTE, PEQUEÑO EMBLEMA QUE SE LLEVA SOBRE EL PECHO, CON LA IMAGEN DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, A ÉL HABRA ENCOMENDADO SU ALMA ANTES DE PARTIR A TOMAR SU PUESTO PARA EL COMBATE, QUIÉN CREE, NUNCA ESTÁ SOLO; NO LO ESTÁ EN LA VIDA NI TAMPOCO EN LA MUERTE.

TAMBIEN SE LE ENCONTRO, UNA LIBRETA, DONDE QUIZÁS EN ESOS MOMENTOS PREVIOS A LA BATALLA, REVISÓ SUS APUNTES E HIZO LAS ULTIMAS ANOTACIONES EN SU DIARIO DE CAMPAÑA.

SE COMBATIÓ FIERAMENTE DURANTE 10 HORAS, LA INFANTERÍA CHILENA CON SU BRAVURA CARACTERÍSTICA, HEREDADA DE ARAUCO Y ESPAÑA, DESALOJO AL ADVERSARIO Y CONQUISTO LA VICTORIA FINAL

EL SOLDADO QUE HOY DESPEDIMOS, FUE ACTOR DE ESTA HAZAÑA DE NUESTRA HISTORIA MILITAR, ES UNO DE LOS MÁS DE TRES MIL SOLDADOS CHILENOS QUE MURIERON EN LA BATALLA DE CHORRILLOS, UNO DE LOS TANTOS QUE ENTREGO SU VIDA POR EL AMOR A CHILE Y SU BANDERA INVICTA.

CUANDO EL TOQUE DE DISPERSOS, AL TERMINO DE LA BATALLA LLAMÓ A REUNIÓN DE TROPAS, ESTE SOLDADO NO ACUDIO AL LLAMADO. SIN DUDAS MUCHOS DE SUS CAMARADAS DE ARMAS LO LLORARON EN EL MISMO LUGAR DE LA BATALLA, Y SU FAMILIA EN ALGÚN LUGAR DE LA PATRIA.

POR LA FORMA EN QUE FUE ENCONTRADO SU CUERPO, FUE SEPULTADO EN EL MISMO LUGAR DONDE LUCHO POR CHILE, CON HONOR Y GLORIA, SUS RESTOS SE ENCONTRARON DEBIDAMENTE ACOMODADOS, CON SU UNIFORME Y SUS PRINCIPALES IMPLEMENTOS DEL EQUIPAMIENTO MILITAR DE LA ÉPOCA EN LAS LADERAS DEL CERRO ZIGZAG AL SUR DE LIMA. POR LA PROLIJIDAD EN QUE SE ENCONTRABA SEPULTADO, SE TRATARÍA DE UN HOMBRE MUY QUERIDO POR SUS CAMARADAS DE ARMAS, ENTERRADO CON EL RESPETO, QUE MERECE TODO SOLDADO QUE HA ENTREGADO SU VIDA POR SU PATRIA.

SIN DUDAS QUE ESTE SOLDADO, AL IGUAL QUE TANTOS OTROS –CHILENOS, PERUANOS Y BOLIVIANOS– QUE LUCHARON EN LA GUERRA DEL PACÍFICO ESTABAN CONSCIENTES DE QUE SUFRIR POR LA PATRIA ES GRANDIOSO, EL SOPORTAR ESTOICAMENTE LAS PRIVACIONES, LAS FATIGAS Y LAS NECESIDADES QUE IMPONE LA VIDA MILITAR, ESPECIALMENTE EN CAMPAÑA, TIENE AUN MAYOR SIGNIFICADO, QUE UN HECHO AISLADO DE VALOR.

ESTE ES EL EJEMPLO QUE NOS DAN, AQUELLOS SOLDADOS, QUIENES ESTAN INSCRITOS EN LAS PAGINAS GLORIOSAS DE NUESTRA HISTORIA MILITAR, Y PARTICULARMENTE LOS RESTOS DE ÉSTE SOLDADO DE LA PATRIA QUE NOS REUNE EN ESTA HISTÓRICA PLAZA DE LA CIUDANÍA, LUGAR DE SU ULTIMA MORADA TERRENAL, PERO QUE SU ALMA, SE ENCUENTRA JUNTO AL DIOS DE LOS EJÉRCITOS, DESDE HACE 126 AÑOS, SEGURAMENTE, EN EL LUGAR DE HONOR DE AQUELLOS HOMBRES DE ARMAS QUE MUEREN EN DEFENSA DE LOS MÁS ALTOS IDEALES DE SU PATRIA, HACIENDO ECO DE LAS PALABRAS QUE NO HAY AMOR MÁS GRANDE QUE ENTREGAR LA VIDA POR SU PRÓJIMO.

SUS RESTOS, QUE CON EMOCIÓN Y ORGULLO VEMOS EN ESTOS INSTANTES, REPRESENTAN A TODOS AQUELLOS SOLDADOS DESCONOCIDOS, QUE AUN SE ENCUENTRAN ENTERRADOS POR EL TIEMPO EN LAS ZONAS DONDE SE LIBRARON CRUENTOS COMBATES HACE MAS DE 100 AÑOS.

NADA DE ESTO NOS DEJA SIN ASOMBRO, HOY ESTAMOS EN PAZ, LOGRADA CON EL ESFUERZO DE MUCHOS CHILENOS, PERO FUNDAMENTALMENTE DE AQUELLOS SOLDADOS, QUE COMO ESTE, DIERON A CHILE UN EJEMPLO DE HEROÍSMO QUE HA QUEDADO PRENDIDO EN EL ALMA NACIONAL Y QUE SON UNA GUÍA PERMANENTE PARA EL EJÉRCITO CHILENO EN SU DEVENIR HISTÓRICO.

QUEREMOS HACER UN RECONOCIMIENTO, A LAS AUTORIDADES DEL PERÚ, QUE DESDE QUE SE ENCONTRÓ EL CUERPO DE NUESTRO CAMARADA DE ARMAS, LO CUIDARON CON RESPETO Y ESMERO Y PERMITIERON SU REPATRIACIÓN PARA QUE POR FIN DESCANZARA EN EL SUELO POR EL CUAL ÉL ENTREGO SU VIDA.

ASI MISMO, UN ESPECIAL RECONOCIMIENTO AL EXCELENTISIMO EMBAJADOR DE CHILE EN PERU SR. CRISTIAN BARROS MELET Y A TODO EL PERSONAL DE LA EMBAJADA QUIENES CON UN GRAN ESPÍRITU PATRIO HICIERON LAS GESTIONES PARA LA REPATRIACIÓN DE ESTE HEROE DE CHILE.

SOLDADO DESCONOCIDO, NO CONOCEMOS TU NOMBRE, PERO SABEMOS QUE ERES HIJO DE ESTA TIERRA Y QUE YACES AQUÍ OBEDIENTE A LAS LEYES DE LA PATRIA. PARTISTE DE CHILE CON LA SONRISA EN LOS LABIOS Y LA FE EN EL CORAZÓN. CON TU ROLLO EN LA ESPALDA Y TU INSEPARABLE FUSIL, DESEMBARCASTES EN PLAYAS LEJANAS; MARCHASTES A PIE Y RRECORRISTES LOS DESIERTOS MÁS ARIDOS DEL MUNDO, COMBATIENDO SIEMPRE CON ENTUSIASMO, VALENTÍA Y PATRIOTISMO JUNTO A TUS CAMARADAS DE ARMAS.

ANTE EL FUEGO ADVERSARIO, SUBISTES LAS ESCARPADAS Y ARENOSAS ALTURAS DE PISAGUA; DISPARASTES TU FUSIL APOYÁNDOLO SOBRE LAS COSTRAS SALITROSAS DE LOS CERROS DE DOLORES Y SUFRISTE DE SED EN EL FONDO DE LA QUEBRADA DE TARAPACÁ.

ENTRE EL VUELO DE LOS CONDORES Y LAS NUBES DEL ALBA, ESCALASTES LAS ABRUPTAS PAREDES DEL CERRO ESTUQUIÑA; Y CARGASTES A LA BAYONETA EN LAS LADERAS DE CHORRILLOS DONDE FINALMENTE ENCONTRASTES LA MUERTE Y LA GLORIA.

FUE ALLI, DONDE RECIBISTES LA BALA QUE TE HIRIÓ MORTALMENTE. QUIZAS ALCANZASTES A DIVISAR EL TRICOLOR FLAMEANDO SOBRE EL FORTÍN ADVERSARIO.

¡GENUINO REPRESENTANTE DE NUESTRO PUEBLO, NOBLE Y VALIENTE! SIEMPRE FIEL A TU SAGRADO JURAMENTO, CAÍSTE COMBATIENDO COMO HOMBRE, COMO CHILENO Y COMO SOLDADO, POR EL HONOR DE NUESTRA BANDERA.

¡GLORIA Y GRATITUD PARA TI Y TUS COMPAÑEROS!

HAN PASADO LOS AÑOS DESDE LAS HORAS TRÁGICAS QUE NOS LLEVARON A ENFRENTARNOS EN LOS CAMPOS DE BATALLA CON UN PUEBLO HERMANO DE NUESTRO CONTINENTE; SUPERADAS LAS DIFERENCIAS QUE ANTAÑO NOS DIVIDÍAN, SÓLO SUBSISTEN HOY LOS VÍNCULOS FRATERNALES QUE NOS UNEN DESDE LEJANOS DÍAS, CUANDO JUNTOS LUCHÁBAMOS POR NUESTRA EMANCIPACIÓN POLÍTICA Y LOS COMUNES ANHELOS QUE AHORA AMBAS NACIONES ALIENTAN DE PAZ Y PROGRESO.

HOY, CUANDO FELIZMENTE LA PAZ REINA DESDE HACE MÁS DE 126 AÑOS ENTRE LAS NACIONES HERMANAS DE CHILE Y PERU, LOS SOLDADOS CHILENOS ELEVAMOS NUESTROS ESPÍRITUS, AL PIE DE ESTE ALTAR CÍVICO MILITAR, LLENOS DE EMOCIÓN PATRIOTICA Y DE FE EN LOS DESTINOS DE CHILE, PARA PEDIRLE A DIOS, POR LA INTERSECCIÓN DE NUESTRA PATRONA LA VIRGEN DEL CARMEN, QUE LA INQUIEBRANTABLE AMISTAD Y FRATERNIDAD EXISTENTE ENTRE AMBAS REPÚBLICAS, AUMENTE CADA DÍA, EN BENEFICIO DEL BIENESTAR Y DE LA FELICIDAD DE SUS PUEBLOS.

13 DE ENERO DE 1881, FECHA EVOCADORA DE TAN GRANDES EMOCIONES, QUE NOS HABLA DEL GLORIOSO PASADO, ADONDE VAN NUESTRO ESPÍRITU BUSCANDO A UN NOMBRE, QUE RECUERDE AL SOLDADO INMORTAL, COMO EL QUE HOY DESPEDIMOS, QUE OFRECIÓ A LA PATRIA, LA SANGRE DE SUS VENAS Y AL EJÉRCITO, LA GLORIA DE LA VICTORIA.

SOLDADO DEL EJERCITO CHILENO, HEROE ANÓNIMO, DUERME AQUÍ TU SUEÑO DE ETERNO REPOSO, YA QUE ERES SÍMBOLO SAGRADO DE TODO CUANTO HAY DE SUBLIME Y ENNOBLECEDOR EN ESTA PROFESIÓN MILITAR HECHA DE SERVIDUBRE Y GRANDEZA.

GRACIAS POR TU SACRIFICIO, QUE HOY NOS HONRA Y COMPROMETE POR EL HONOR DE CHILE, DESCANZA EN PAZ"

¡A LOS QUE POR CHILE MURIERON HONOR Y GLORIA!

MUCHAS GRACIAS.

Combate de Concepción (Perú) 9 y 10 de julio de 1882



«Mi nombre está cincelado en bronce en la Capital de Chile; no seré yo quien lo manche.
I. Carrera Pinto ».

La acción más heroica del Ejército chileno en la guerra del 79/84, tuvo lugar en el pueblo de Concepción (provincia de Jauja, departamento de Junín del Perú), los días 9 y 10 de julio de 1882 (días domingo y lunes), entre 77 chilenos, capitón Ignacio Carrera Pinto y 5.600 peruanos a las órdenes del coronel Juan Gastó. El 1.° I.82 partía de Lima una división chilena de 4.000 hombres para rechazar de sus puertas al general Andrés Avelino Cáceres, que había sentado sus reales en Chosica; .Cáceres fué alcanzado y completamente deshecho en el triple combate de Pucará (5.II.82) por el coronel Estanislao del Canto. Cáceres y los suyos huyeron al Sur hasta la ciudad de Ayacucho, donde comenzó de nuevo a rehacer sus fuerzas; a principios de junio, éste disponía ya de 2.670 hombres de línea (8 batallones a 300 hs. c/u., 1 escuadrón y 8 cañones), fuerzas que a fines del mismo mes eran reforzadas por 8 batallones de guerrilleros y 6 batallonesde montoneros (7.300 indios): total 9.970 hombres. El 19. VI. Cáceres avanza al Norte para tomar la ofensiva y destruir la división Canto. Después de Pucará, éste había concentrado el grueso en Huancayoy para protegerse en la dirección de Ayacucho establece fuertes avanzadas, que se colocan de Sur a Norte en Marcavalle, Pucará, Zapallanga y Huayucachi; sus líneas de etapas con Lima quedaron cubiertas por destacamentos en Concepción, Jauja, Tarma y LaOroya; además había enviado más al Norte, a Cerro de Pasco, al 3.° de línea, unidad que había dejado un destacamento intermedio en la aldea de Junín. La única caballería, los Carabineros de Yungay, se repartió como sigue: un escuadrón (2 compañías) en Huancayo, una compañía en Tarma y otra en Cerro de Pasco y destacamentos pequeños en Zapallanga y La Oroya. Durante la ocupación, todos estos destacamentos se cambiaban periódicamente, sin permanecer más de un mes en cada guarnición. Al principio los chilenos no fueron molestados; pero muy luego, en abril, hubo un alzamiento general de indios, azuzados por agentes de Cáceres, por curas y especialmente por el obispo Valle y por las autoridades peruanas. Los habitantes habían comenzado a ocultar los víveres. La sublevación fué reprimida con energía y la tranquilidad duró hasta principios de junio, fecha en que renacen y acrecen las montoneras. Con el ocultamiento de las provisiones, éstas escasearon; hubo necesidad de procurárselas a la fuerza.A la falta de víveres se agregó una epidemia terrible de tifus, que hizo estragos en las tropas; anteriormente, este mal había diezmado a las fuerzas peruanas derrotadas en Pucará; éstas fueron, pues, las que dejaron el contagio. La escasez de víveres y, más que todo, los estragos que hacía el tifus, obligaron al coronel del Canto a ir a Lima y pedir a Lynchla desocupación de la Sierra (Junín) La idea no fué aceptada en Santiago; Canto recibe orden de reconcentrar su división, es decir, retirar las guarniciones de Cerro de Paseo y Junín (pueblo) y las de Huancayo al Sur; establecer el Cuartel General en Tarma y dejar guarniciones en Concepción, Jauja y La Oroya. Una vez efectuada
esta reconcentración, Canto con el 2.° de línea debía retirarse a Lima y dejar el mando de la división del centro al jefe más antiguo, coronel Gutiérrez. Estas medidas fueron tomadas en el carácter de secretas. Desgraciadamente, todas las disposiciones del Cuartel General en Lima, por reservadas que fuesen, eran muy luego conocidas por los agentes de Cáceres; un chasque voló, y el 28. VI., en Iscuchaca, el jefe enemigo tuvo noticias de las medidas que se iban a tomar.
Mientras tanto, Cauto partía de Lima el 20. VI; al desembarcar del tren en Chicla, recibe un telegrama del Estado Mayor General, en el cual le rectifica lo acordado con Lynch. El telégrafo estaba servido por peruanos, no por chilenos. Canto continúa su marcha de regreso; establece hospitales deevacuación en Tarma y Jauja y el 26 llega a Huancayo. Al día siguiente revista las tropas y ordena que se alisten para la reconcentración. La división carecía de camillas para el transporte de sus enfermos; 364 se medicinaban en los hospitales de Huancayo, de éstos 83 muy graves de tifus, incluso 6 de viruela negra. En la población no se encontraron materiales para construir camillas; hubo necesidad de utilizar como telas los cueros de los animales que diariamente consumía la tropa. Por este motivo, la reconcentración se fijó para el 9 de julio.

A principios de julio, Canto hizo relevar algunas guarniciones. El 5. VII partían de Huancayo: 3 oficiales, un sargento 1 o, un sargento 2.° 3 cabos l.os, 2 cabos 2os, y 56 soldados de la 4.a Compañía del Chacabuco 6.° de línea, a cargo del capitán, aún no dado a conocer, don Ignacio Carrera Pinto, con el subteniente de su compañía Pérez Canto y el subteniente de la 6.a Cruz Martínez (el subteniente Montt, de la 5.a, convalecía de tifus en Concepción). Esta compañía demoró 5 horas, espléndida marcha, en recorrer la distancia de Huancayo a Concepción, 30 km. La 3.a, capitán Nebel, pasó a Jauja a relevar la 6.a, teniente Luco; ésta se corrió a Tarma en lugar de la 1.a, capitán Lira, que fué ese mismo día a reforzar la guarnición en el puente de La Oroya. Todas estas compañías pertenecían al Chacabuco.

En la mañana del 6 salían de Huancayo el primer convoy de enfermos (282, de éstos 24 en camillas) a cargo del mayor de Carabineros, A. Guzmán, custodiado por 50 carabineros, cada uno de los cuales llevaba un enfermo en ancas, y 16 infantes del 2.° Este convoy aloja: el 6 en Concepción y el 7, 8 y 9 en Jauja. Los enfermos que iban montados, 258, en ancas y en burros, podían defenderse, pues llevaban su armamento; de esta manera, téngase presente, la guarnición de Jauja fué aumentada a 423 combatientes. El 8 en la tarde, las guarniciones disponían de la siguiente tropa disponible: (de S. a N.) Marca valle, 114; Pucará, 235; Zapallanga, 180; Huayucachi, 232; Huancayo, 1.644 (grueso); Concepción, 73; Jauja, 423; Tarma, 195; La Oroya, (puente) 152; Junín, 26 y Cerro de Pasco, 492. El día 8 estaba designado para que saliesen de Huancayo el resto de los enfermos a cargo del Chacabuco; pero, como «ese día tuve noticias que el hospital de Jauja no había sido evacuado, y como al siguiente día 9 debía moverse toda la división, dispuse para ese día la marcha del resto del convoy de enfermos». (Parte de Canto a Lynch, Lima. 30. VII.82).

¿Qué pasó el 9?

Al amanecer de este día, todo el 5.° de línea que cubría los puestos avanzados, debía replegarse a Huancayo.para desde aquí continuar a las 10 A. M. a Concepción, donde acamparía el grueso. En Huancayo las tropas estaban oyendo misa tranquilamente a las 8 A. M.; en ese momento llega un jinete con la noticia que la compañía en Marcavalle había sido asaltada al amanecer por gran
número de indios y tropas regulares y que el 5.° se replegaba al Norte y pedía ayuda. En el acto se interrumpe la misa, y todos, menos el Chacabuco, van en apoyo de los compañeros que se batían; por esta causa, la división en lugar de dirigirse al Norte, marcha al Sur. Esto se debía a que Cáceres había resuelto atacar simultáneamente las principales guarniciones chilenas. Para este fin había dispuesto lo siguiente:

1) El subdelegado de Huarochiri, con las montoneras que lograra
reunir, debía destruir el ferrocarril de La Oroya, especialmente
algunos puentes y la estación de término, Chicla;
2) El coronel Tafur, Máximo, con el batallón de línea Huancayo
y los montoneros de la ribera derecha del Mantaro, asaltar el
puente de La Oroya;
3) El jefe de la división Vanguardia, coronel Gastó, con los
batallones Libres de Ayacucho y Pucará (300 hs. c/u), dirigirse a
Comas para que unidos con los guerrilleros de esta región que organizaba
desde hacía tiempo el comandante provisional Ambrosio
Salazar (dueño de la casa contigua al cuartel en Concepción), atacase
Jauja o Concepción; y
4) Cáceres, con el grueso, atacará de frente por Marcavalle.
Este plan no se cumplió exactamente, pues Tafur se adelanta y
sin energía, y con muy poca destreza, ataca a La Oroya el día 3 de
julio, y naturalmente es completamente rechazado y perseguido por
el teniente Meyers con los 46 hombres de dicha guarnición.
Chicla, con igual resultado, es asaltado el día 7; pero logran destruir
un puente.

Los únicos que coinciden son los ataques de Cáceres, al amanecerdel día 9 y el de Gastó a las 2.30 de la tarde en Concepción.Gastó parte de Iscuchaca el 26 de junio y efectúa una marcha admirable de flanco por Acostambo, Huaribamba, Paltarumi a Comas; aquí se une con los guerrilleros de Salazar, y cumpliendo con órdenes explícitas de Cáceres, va a establecerse en Apata, entre Jauja y Concepción. Apata queda sobre un camino de montaña situado a 4 km. al Este del principal que une a Concepción con Jauja, y está más cerca de este último lugar que de Concepción. El servicio de informaciones de Gastó era bueno, pues oportunamente supo que Jauja, que más deseaba atacar, disponía de fuerzas muy superiores a las que había en Concepción. Por eso resuelve sorprender a esta guarnición. Con tal fin había dispuesto oportunamente que todos los guerrilleros de los pueblos que rodean a esta ciudad, se dirigieran a las 3 P. M. a Concepción, rodeándola por todas partes, de modo de cercarla completamente para que nadie pudiera escapar. El, con los dos batallones de línea, apoyaría el ataque que debían iniciar los guerrilleros, cerca de 3.000 indios. Para facilitar la acción de las tropas, se acuerda, además, que algunos vecinos de la población festejen a los oficiales del Chacabuco, los que son convidados a un espléndido almuerzo que tiene lugar este mismo día 9 en el hotel de ¡a plaza. ¡Tan terribles eran los chilenos que no bastaban las armas para destruirlos! La tropa estaba acuartelada, pues debía estar lista para incorporarse al grueso que se esperaba para la tarde de ese mismo día. El correo militar para Huancayo pasó sin novedad y fué despachado por Carrera a las 11 A. M., entregándole el siguiente oficio:

"Comandancia del Cantón
Militar de Concepción"

Concepción, julio 9 de 1882.

«Al señor Coronel Jefe de la División del Centro:
«En el acto de recibir su nota de fecha 8 del que rige, procedo a dar cumplimiento a lo ordenado por V. S.

«Dios gue. a V. 8.—(Fdo.) 1. Carrera Pinto».

En dicha nota, Canto le decía que al día siguiente 9 se pondría en marcha la división y que estuviera listo con su compañía para unirse al Chacabuco, que redoblara la vigilancia, mantuviera sus tropas acuarteladas y listas para lo que pudiera suceder. Los oficiales asistentes al almuerzo, salvo Montt que no fué, estaban intranquilos y sin esperar que éste terminara, regresan al cuartel antes de las 2 P. M.; Carrera, en cambio, quedó un poco más, dando charla a los que lo habían convidado, entre éstos algunos extranjeros. Media hora más tarde, los centinelas del cuartel dan el grito de alarma, que columnas enemigas vestidas de blanco y uniformadas, con numerosa indiada se veían por los cerros del oriente, camino a Ocopa, y por el camino de Huancayo, Sur de la población, los que desde grande distancia rompen sus fuegos sobre la plaza. Carrera inmediatamente corre a su cuartel y da las órdenes para el combate; distribuye sus pequeñas fuerzas en 4 grupos que debían defender Jas 4 esquinas de la plaza; hace también ocupar las torres de la iglesia. Carrera sabía con la debida anticipación que posiblemente sería atacado ese día. Según un presbítero francés que presenció el combate desde su casa situada inmediatamente al Sur de la iglesia, dice que «Carrera y todos sus hombres acostados en la tierra de las boca-calles que dan entrada a la plaza, no hicieron caso del fuego que desde las alturas que circundan al pueblo, les abría el enemigo». Los peruanos habían entrado ya al pueblo, 3.30 P. M., y se venían sobre la plaza con un ardor inusitado. Cuando éstos llegan a tiro eficaz, Carrera ordena romper el fuego. Como una hora duró el combate en esas posiciones, sin que el inmenso número de enemigo lograse entrar a la plaza. En este combate cayó herido gravemente el comandante peruano Carvajal. Apesar de las pérdidas, los peruanos no cejaban y avanzaban sobre la plaza con un coraje nunca visto. «Los nuestros debieron extrañarse de tanta obstinación, pero bien pronto pudieron conocer la causa de un fenómeno tan extraordinario: repentinamente vieron invadir la plaza por todas partes a un inmenso número de indios más, armados de todas armas, que desde los pueblos circunvecinos y de la misma plaza venían en auxilio de los asaltantes». Así se cumplían las órdenes de Gastó. «Viendo los nuestros que iban a ser rodeados por fuerzas mil veces superiores, se entraron al cuartel y allí prepararon la resistencia. Los enemigos se precipitaron como avalancha sobre la plaza y sobre los edificios contiguos al cuartel.«Allí se trabó el combate más encarnizado que recuerda la historia ». (Isidoro Palacios, secretario de Canto. Primera versión de este combate, publicada en Lima el 15 de agosto de 1882). «A las 6.30, dice una relación peruana publicada en Lima en julio del 84, ordenó el coronel Gastó se tocara cesar el fuego, porque las municiones se estaban concluyendo y había necesidad de sostenerse hasta que viniera el refuerzo que había pedido. «Llegado este socorro (2.500 indios más, regularmente armados) al aclarar el 10 de julio, se empeñó nuevamente el encarnizado combate, etc.» Aún cuando se había ordenado cesar el fuego, puede asegurarse que, en realidad, el combate no cesó durante toda la noche del 9/10. Carrera rechazó enérgicamente varios asaltos al cuartel y aún perseguía a sus enemigos haciendo varias salidas, con enérgicos ataques a la bayoneta, que despejaron la plaza dos o tres veces durantela noche. Los peruanos ocuparon la casa vecina de Salazar, y guiados por su dueño, abren forados para facilitar el asalto en cuanto lleguen los refuerzos. Cuando éstos llegaron al amanecer, Gastó intima rendición, por escrito ahora, y que un parlamentario lleva a Carrera Concepción, julio 10 de 1882.

«Al jefe de la guarnición chilena. Presente.

«Contando como usted vé con fuerzas muy superiores en número a las que Ud. tiene bajo su mando y deseando evitar una nueva lucha a todas luces imposible, intimo a usted rendición incondicional de sus fuerzas, previniéndole que en caso contrario serán ellas tratadas con todo el rigor de la guerra.

«Dios gue. a Ud.—(Fdo.) Juan Gastó.

En el papel en blanco sobrante del mismo oficio que devolvió, Carrera contesta solamente estas cortas palabras:

«Mi apellido está cincelado en bronce en la Capital de Chile; no seré yo quien lo manche.—(Fdo.) I. Carrera Pinto.

El combate continuó entonces con más energía, defendiendo los nuestros el cuartel con las últimas municiones que les quedaban. A

las 8 A. M. del día 10, éstas se habían agotado por completo. La mitad de la guarnición había perecido. El enemigo redoblaba entonces sus ataques con más furia, trabándose un reñido combate al arma blanca por todas partes del cuartel que comenzaba a incendiarse con parafina que arrojaban desde los altos de la casa de Salazar; los peruanos invadían por todas partes, apareciendo por forados, por techos y murallas. «Eran las 9 de la mañana; se había combatido sin cesar18 horas mortales: la mitad de la guarnición había perecido; 10.000 hombres rodeaban el cuartel; los nuestros estaban aniquilados por la sed, la fatiga y por el incendio; muchos, casi todos, estaban gravemente heridos, sin más esperanzas que las de morir con gloria; como chilenos
esperaron el último ataque para defender su puesto al arma blanca. «El enemigo se introdujo por todas partes a la vez, invadiendo el cuartel, la comandancia y la parroquia. Los nuestros se arrojaron con rabia sobre los infames asaltantes. Vieron llegado el último momento y quisieron vengar ellos mismos sus preciosas vidas. El enemigo embrutecido con el alcohol y envalentonado con el número, se precipitaron sobre las bayonetas de los nuestros. La carnicería fué horrible: por no de los nuestros morían 5 o 10 de los contrarios. Pero los nuestros eran un puñado y fueron cayendo uno a uno.

«Eran las 10 de la mañana. Todo había concluido. «Sólo quedaban de los nuestros un niño y 4 valientes soldados que mantenían titánica lucha dentro de la iglesia. Esos bravos lograron salir a la plaza abriéndose paso por entre la muralla de enemigos. «En la plaza se vieron rodeados por 5 o 10.000 hombrea. No era posible combatir. Era preciso morir dignamente. «Fué entonces cuando un hombre penetrado de tanto heroísmo, quiso salvar las vidas de esos valientes muchachos, gritando al subteniente Cruz que se rindiese y le salvaba la vida. «En ese instante supremo de la vida, después de 19 horas de combate y en presencia de los sangrientos despojos de sus hermanos, el hombre más valiente se anonada. La vida es tan bella, sobre todo para el joven que ha cumplido como bueno con su Patria. «Pues bien, en ese solemne momento el niño se sobrepujó, se hizo gigante, despreció su vida y con su muerte legó a su patria la más pura gloria. «No me rindo»—contestó con rabia el sublime muchacho—«los chilenos no se rinden, maricones cobardes». «Y acometió con los suyos a los salvajes con todo el empuje de su alma gigante, muriendo como un héroe digno de Chile y de sus glorias.

«La Patria debe guardar con cariño la memoria de esos héroes. Debe poner bajo su augusta protección a las familias de tan preclaros hijos. Y mucho más aún merecen los heroicos mártires de Concepción. «El sol del 9 de julio alumbró una gloria más de las armas chilenas, porque 77 de sus dignos hijos recibieron la corona del martirio defendiendo heroicamente la gloriosa bandera; porque murieron todos y murieron solos, sin pedir favor a sus enemigos. Chile puede,' puede, ceñirse una corona más de gloria». Tal fué la gloriosa epopeya de Concepción, en que un reducido núcleo de chilenos ascendió al templo de la inmortalidad. Como los nombres de estos héroes han sido publicados siempre con varios errores, damos hoy una lista completa, tomado de las listas de revistas de comisario de julio y agosto de 1882.

Batallón Chacabuco 6.° de línea
4.a Compañía, capitán don Ignacio Carrera Pinto
» subteniente don Arturo Pérez Canto
5.a » » » Julio Montt Salamanca
6.a » » » Luis Cruz Martínez
4.a » sargento 1.° » Manuel Jesús Silva
» » 2.° » Clodomiro Rosas
» cabo 1.° » Gabriel Silva
» » » » Carlos 2.° Morales
» » » » Juan Ignacio Bolívar
» » 2.° » Pedro Méndez
» » » » Plácido Villarroel (ascendió el
16.VI.82) y los soldados: Tiburcio Chandías, Amador Gutiérrez, Juan Ferra,
Pedro Nolasco Zúñiga, Pablo Ortega, Avelino Olguín, José
Martín Espinoza, Pablo Trejos, José Félix Valenzuela, Agustín
Molina, Rafael Otárola, Félix Contreras, Enrique Reyes, Federico
Sepúlveda, Francisco Escalona, José Argomedo, Juan Bautista Núfiez,
Abelardo Silva, Efraín Encina, Vicente Muñoz, Emilio Correa,
Mariano González, Pedro Moneada, Angel Agustín Muñoz (asistente
de Carrera), Juan Hinojosa, Eduardo Aranís, Manuel Antonio Martínez,
José Arias, José del Carmen Sepúlveda, Emilio Rubilar, Máximo
Reyes, Pedro Lira, Erasmo Carrasco, Estanislao Rosales, Emigdio
Sandoval, Estanislao Giménez, Juan Bautista Campos, Florencio
Astudillo, Pablo Guajardo, Juan Sandoval, Juan Bautista Jofré,
Manuel Contreras, Rudecindo Zúñiga, Hipólito Utreras, Manuel
Rivera, Agustín 2.° Sánchez, Lorenzo Aceitón, Gregorio Maldonado,
Bonifacio Lagos, Manuel Jesús Núñez, Bernardo Jaque, Lindor
Total 77, de los cuales, un oficial (subteniente
Montt) y 10 soldados (de la 1.a, 2.a, 3.a, 5.a y 6.a y el del batallón
Lautaro), aún cuando pelearon como leones, eran convalecientes o
enfermos de tifus.

La División.—Cuando ésta llega a Pucará no encuentra con quién combatir; Cáceres y los suyos se habían retirado oportunamente a los más altos cerros; regresa, entonces, la división a Huancayo para continuar al día siguiente 10 de julio, a las 8 A. M., tranquilamente su marcha a Concepción, a donde llegan las primeras fracciones, la vanguardia, el batallón Chacabuco, a las 4 y minutos de la tarde. Los peruanos en Concepción, tuvieron, pues, tiempo sobrado para saquear completamente el cuartel, desnudar a todos los muertos y repasarlos, sin dejarles ni la camisa y cometer con éstos actos de verdadero canibalismo. El cuadro que la división presenció a su llegada, fué horrible: El cuartel destruido e incendiado; por entre los escombros humeantes se veían los cadáveres de los muertos... Contando los muertos en grupo, calculamos que toda la guarnición había sucumbido... Allí estaban sus cadáveres en completa desnudez, profanados y descuartizados. Corredores, patios y habitaciones, todo estaba sembrado de restos humanos groseramente mutilados. Encontramos los cadáveres de los 4 oficiales: el subteniente Cruz estaba en la plaza al lado de la iglesia; el capitán Carrera Pinto,en el patio de la comandancia; el subteniente Pérez Canto, en un corredor del cuartel, le habían cortado lonjas de carne de los muslos

RESUMEN
1 Capitán
3 Subtenientes
1 Sargento 1.°
1 » 2.°
3 Cabos l.os
2 » 2.os
66 Soldados.

El subteniente Montt, con un brazo vendado, estaba entre un montón de 17 cadáveres dentro de una pieza. «Tres mujeres y un niño de pecho, vergonzosamente profanado completaban el cuadro de tan desgraciado suceso. Salimos a la playacon el alma traspasada de dolor y de rabia».
Antes que llegaran las tropas chilenas, tropas, montoneros habitantes peruanos habían huido oportunamente a las inaccesibo cumbres de los cerros vecinos, por temor al inevitable castigo, que fué inexorable y justiciero. De los enemigos, loa nuestros hicieron más de 600 bajas durante
el combate, casi todos indios; de las tropas regulares, los escrito peruanos confiesan 36; deben haber sido mucho más. ¿Qué se hizo la bandera nuestra, que orgullosa flameaba en cuartel el Domingo y noche 9/10? Esta sucumbió también glorio mente. Como no podía hundirse cual una nueva Esmeralda en aguas de Iquique, el fuego del incendio y las descargas de loa combatientes que glorificaban dicho acto, la abrasó y sus cenizas cubrieron como única mortaja, los cuerpos de nuestros héroes que murieron defendiendo la pureza inmaculada de su prestigio, jamás empafiado.

¡Viva Chile!




General de Divisòn Don Emilio Korner (tomado del anal històrico militar del Ejèrcito de Chile)


La llegada al pais de los restos del General de División
don Emilio Korner
Se encuentran ya en tierra chilena los restos de uno de los más
ilustres servidores de nuestro Ejército: el General don Emilio Korner.
A medida que pasan los años desde que él dejó de pertenecer a
nuestra Institución, más se acrecienta su obra y su figura se destaca
cada vez con mayores relieves.
En el año próximo harán 40 años desde la venida al país del
General Korner. El Gobierno del Presidente Santa María, recién
terminada la guerra del Pacífico, estimó que nuestro Ejército, aunque
se había cubierto de gloria en esa memorable jornada, necesitaba
modernizarse y organizarse, según las experiencias que ella nos
había dejado, tomando por modelo algún ejército europeo. Al efecto,
el Gobierno puso sus miradas en Alemania, cuya institución militar,
después de las campañas contra el Austria y Francia, se destacaba
entre las más perfectas de la Europa. Además, el Gobierno chileno
ya había palpado, en el progreso general del país, las grandes cualidades
de la raza alemana y sus facilidades de adaptación, pues el
Presidente don Manuel Montt inició una poderosa corriente emigratoria
desde Alemania, que, a la época que nos referimos, ya había
empezado a dar ópimos frutos, llevando gran parte de la prosperidad
al Sur de nuestro país; los osados y progresistas emigrantes
alemanes, en pocos años de permanencia en Chile, dedicándose a
las tareas agrícolas, industriales y educacionales, lograron dar impulso
a ciudades que, como Valdivia, Puerto Montt y Osorno, entre
otras, empezaron a destacarse por su progreso y desarrollo.
Nuestra Legación en Berlín, cumpliendo instrucciones del Gobierno,
contrató en 1885 los servicios del capitán prusiano de arti-
Agosto-8
116 MEMORIAL DEL EJERCITO DE CHILE
llería, don Emilio Korner. Tenía este oficial brillantes antecedentes.
Ingresó al Ejército en el Regimiento de Artillería de Campaña
N.° 4, en los mismos días de la campaña con Austria, en 1866; pero
no alcanzó a tomar parte en ella, pues aunque debió su unidad
transladarse al teatro de operaciones, recibió contraorden, a causa
del rápido desenlace de esa guerra. En la guerra franco prusiana, a
pesar de sus pocos años de servicios, actuó como Comandante de
Batería, por cuyo desempeño se le concedió la Cruz de Hierro. Terminada
la campaña ingresó, siendo Teniente 1.°, a la Academia de
Guerra de Berlín, tocándole ocupar uno de los primeros lugares,
junto con el Mariscal Hindenburg y el General Meckel, el célebre
reorganizador del Ejército japonés.
Terminados sus estudios en el más importante plantel de educación
militar que tenía Alemania, fué comisionado por el Jefe del
Gran Estado Mayor, el Feld-Mariscal Moltke, para hacer viajes de
estudio en Francia, Italia, España y Rusia.
Cuando fué designado, en 1885, para prestar sus servicios en
Chile, era profesor de táctica, historia militar y balística de la Escuela
de Artillería e Ingenieros de Charlottenburg.
Llegado a Chile, fué destinado a la Escuela Militar, donde le
cupo actuar desde el primer momento en forma descollante. Era en
aquel tiempo Director de la Escuela el ilustre General don Luis Arteaga,
quien acogió con todo entusiasmo la cooperación de Korner.
Se empezó por reformar el plan de estudios y después se crearon
cursos de oficiales alumnos, para especializarlos en las diversas,
armas.
Se puede decir que la mayoría de nuestros actuales Generales
y Coroneles, y los más antiguos de los Tenientes-Coroneles, iniciaron
su carrera militar bajo la sabia enseñanza de esa escuela, que
venía a cambiar desde sus cimientos los métodos de instrucción y de
trabajo que imperaban antes en nuestro Ejército. Como un exponente
del grado de perfeccionamiento alcanzado en aquel entonces
por la Escuela Militar, también en los ramos científicos, se puede
citar el caso de numerosos profesionales civiles que han descollado
en el país en el último cuarto de siglo y que hicieron sus estudios
en ese establecimiento.
En 1887 el Supremo Gobierno acordó, a iniciativa de Korner,
fundar la Academia de Guerra, nuestra Universidad Militar, destinada
principalmente a formar al Oficial de Estado Mayor y al personal
para los Comandos Superiores. Era esta una verdadera necesidad
que se dejaba sentir en el Ejército, pues la guerra del Pacífico
había dejado de manifiesto que era necesario tener en la paz una
organización que correspondiera a las necesidades de la guerra; en
aquella ocasión solo se disponía de unidades sueltas, todas dependientes
directamente de la Inspección General del Ejército, de tal
EL GENERAL DE DIVISION DON EMILIO KORNER 117
modo que los Comandos Superiores hubieron de improvisarse durante
la guerra misma.
En la Academia de Guerra como en la Escuela Militar, Korner
contó con la cooperación entusiasta de uno de los jefes que más
contribuyeron a la reorganización de nuestro Ejército: el entonces
Sargento Mayor, don Jorge Boonen Rivera. La acción de ambos no
sólo se concretó a la enseñanza de nuevas generaciones de oficiales,
sino que, venciendo toda clase de dificultades, redactaron o tradujeron
interesantísimas obras sobre historia militar, táctica, fortificación,
etc., a fin de difundir en la oficialidad el amor por el estudio
de los ramos más elementales del arte militar.
La guerra civil de 1891 dió ocasión a Korner para actuar en
primera línea, pues el partido del Congreso lo designó Jefe del Estado
Mayor; fué el alma del Ejército Constitucional y a él se debió
en gran parte el triunfo de ese partido. Valiéndose solamente de un
reducido número de oficiales, entre los que figuraban muchos de sus
discípulos, tuvo que improvisarlo todo en pocos meses; pero Korner,
con su actividad extraordinaria, logró formar un ejército que obtuvo
el triunfo, debido a los nuevos procedimientos tácticos que introdujo
y al buen aprovechamiento que se hizo de las armas de repetición,
que se empleaban por primera vez en el mundo.
Terminada la revolución del 91 y ascendido a General, pasó
Korner a ser el verdadero Jefe de nuestro Ejército, con el título,
primero, de Jefe de Estado Mayor y, después, de Inspector General
del Ejército.
Por la bondad de su carácter, su inteligencia, su ilustración en
el sentido más amplio de la palabra y su gran capacidad de trabajo,
Korner se captó las simpatías generales, no solo dentro del Ejército,
sino que en el país entero, siendo altamente apreciado en todos los
círculos sociales dirigentes del país y en el pueblo que le dispensaba
su cariño.
Desde el primer puesto del Ejército, el General Korner desarrolló
una labor intensa a fin de cimentar la disciplina e instrucción
en el nuevo Ejército, nacido en la revolución, dedicándole especial
atención a la instrucción de oficiales. En pocos años se pudo constatar
una transformación completa en los métodos de instrucción
del Ejército, adaptándola más a las exigencias de la guerra, pues se
le imprimió un carácter netamente práctico.
En 1895, el Presidente de la República, Vice-Almirante don
Jorge Montt, queriendo imprimir mayor desarrollo y eficacia a la
evolución que se operaba en el Ejército, encomendó al General Korner
la misión de contratar en Alemania alrededor de treinta oficiales
instructores. Llegados al país, estos oficiales fueron repartidos en
los establecimientos militares de enseñanza y en los cuerpos de
tropas.
118 MEMORIAL DEL EJÉRCITO DE CHILE
Esto coincidia con la introducción de los nuevos reglamentos
tácticos, cuya aplicación enseñaron. Quedan aún en Chile dos de
estos distinguidos oficiales: el uno que formó aquí su hogar, prestando
veinte años de buenos servicios, Coronel asimilado don
Hans Bertling, y el otro, de igual grado, que desde hace treinta años
colabora inteligentemente en el levantamiento de Ja carta militar de
la República, don Félix Deinert.
Una de las reformas de mayor importancia que logró introducir
el General Korner en el país, fué la implantación del servicio
militar obligatorio, institución esencialmente democrática que, junto
con cooperar eficazmente a la defensa nacional, contribuye en forma
decisiva a la mayor instrucción y cultura del pueblo.
El General Korner obtuvo su retiro del Ejército en abril de
1910, después de haber prestado veinticinco años de brillantes servicios
a nuestra Institución.
Los progresos realizados por el Ejército durante los cuarenta
últimos años, es decir, desde la terminación de la guerra del Pacífico,
son numerosos. Acabábamos de salir en aquel entonces de una
guerra gloriosa, llena de hechos heroicos, que habían llamado la
atención del mundo entero. La disciplina de ese Ejército era magnífica
y cada uno de sus miembros estaba animado del más puro patriotismo;
sin embargo, ni la organización de tiempo de paz, ni la
forma como se desarrollaba la instrucción correspondían a las exigencias
de la guerra, pues la campaña misma, que acababa de llevarse
a cabo, demostró que la improvisación había sido su característica
y que hubo necesidad de crearlo todo durante el transcurso
mismo de las operaciones.
De entre la obra realizada por el General Korner en nuestro
Ejército se destaca en forma muy especial el hecho de haber formado
una oficialidad homogénea, entusiasta por el servicio y animada
de grande espíritu de trabajo. Toda ella, casi sin excepción, ha
pasado por la Escuela Militar, lo que constituye una de las diferencias
más marcadas con la organización antigua, en que los oficiales
salidos de ese establecimiento solo constituían un reducido número.
En la Historia de Chile y, en especial, en la de nuestra Institución,
figurará el nombre del General Korner con letras de oro, como
uno de los más ilustres servidores del país. Al pedir en sus últimos
momentos que sus restos fueran traídos a Chile, Korner puso una
vez más en evidencia el cariño que profesara a su tierra adoptiva!
LA DIRECCIÓN.

EL GLORIOSO BATALLÒN VULCANO(Tomado del mercurio 30 septiembre del 2007)


EL BATALLÓN CHINO DE LYNCH Y UNA INMIGRACIÓN IMPROBABLE

En la guerra hubo un batallón de cantoneses esclavizados que prefirieron marchar con los chilenos a permanecer en Perú. Es el episodio más épico de la inmigración china en Chile, poco revisada por la historia y recopilada por un taiwanés que en medio del desierto se enteró de que sus paisanos habían estado allí desde mucho antes.

ÓSCAR CONTARDO

Entre los veteranos de la Guerra del Pacífico hubo chinos. Sin grandes monumentos, ni un recuerdo colectivo fijado en los textos escolares entre las tropas que ganaron el norte hubo orientales que llegaron a obtener pensiones de gracia por su lealtad al Ejército y que incluso fueron vistos ya ancianos, marchando como veteranos. Pocos se acuerdan de ellos.

Un chileno en Cantón

Pero antes de los chinos de la guerra hubo un chileno en la Guerra del Opio (1839-1942). Al servicio de la armada inglesa un joven Patricio Lynch llegó a las costas de Cantón. Allí debió aprender rudimentos del idioma que volvió a escuchar cuarenta años más tarde cuando en su marcha por el norte de Perú durante la Guerra del Pacífico encontró centenares de chinos esclavizados. Los fue liberando en la medida que avanzaba en su expedición. "Los dos mil hombres que le siguen parecen multiplicarse en los valles y serranías costeras; no sólo no pierde hombres, sino que captura valioso botín e informaciones preciosas entre los agraciados chinos que libera a su paso", explica Elsa Kan Ching en su tesis de historia de 1966, uno de los pocos documentos dedicados a la historia de la inmigración de chinos a Chile. Un proceso que tuvo su momento más llamativamente dramático en la Guerra del Pacífico, cuando los chinos liberados por Lynch en Perú se sumaron al ejército chileno. Eran culíes, trabajadores que vivían en condiciones miserables, mano de obra barata que mediante un resquicio contractual se salvaba de ser calificada como esclavitud. Enganchados en China después de firmar un contrato, eran hacinados en veleros en un viaje de cuatro meses. Los que llegaban vivos lo hacían para trabajar en Perú en condiciones torturantes. Eso encontró Lynch.

En la medida que Lynch los liberaba muchos quisieron marchar con el Ejército. Hubo dudas pero finalmente fueron aceptados. Algunos soldados chilenos incluso dejaron el quepí y se protegieron del sol con los enormes sombreros de los inesperados aliados. Los cronistas registraron como en Lurín y frente a un templo al Kuan Yo, dios de la guerra, un millar de cantoneses juraron ponerse a las órdenes de general en jefe chileno en la voz de Quintín Quintana, un chino de Ica que pese a ser libre y haber logrado prosperidad asumió el liderazgo de sus paisanos recién liberados: "si ordena trabajar, trabajar; si matar, matar; si incendiar, incendiar, si morir, mueren". Así lo hicieron.

El historiador y diplomático taiwanés Diego Lin Chou recopiló esta historia en "Chile y China: Inmigración y relaciones bilaterales" (Centro Barros Arana/Dibam). Allí relata que el general Arturo Villarroel, apodado "el general dinamita", dirigió la "Legión asiática" para desenterrar las minas y los torpedos, por lo que fue llamada "Legión Vulcano". Según informó en la época el diario El Heraldo: "los chinos han recibido de la Intendencia Jeneral del Ejército un traje completo de brin, desde kepí a zapatos...su alegría sólo es comparable con la de los niños cargando dulces". El diplomático taiwanés recopiló esta historia llevado por la curiosidad. En 1992 estaba de viaje por el norte. En un pequeño pueblo un lugareño le dijo a Diego Lin Chou que hacía tiempo que no veía "chinitos", porque en la década de los '40 había muchos. Era un pueblo en medio del desierto y la probabilidad que un paisano hubiera estado allí en medio de la nada y en las antípodas de su país a Lin Chou le pareció improbable, y por lo tanto una posibilidad atractiva para investigar. Decubrió el tráfico de culíes, las penosas condiciones en que llegaban a América -principalmente a Perú y Cuba- y los trabajos desde las plantaciones de azúcar del norte de Perú hasta las guaneras de Iquique.

Así comenzó a reconstruir una historia de inmigración que tiene mucho de fantasma y que tuvo su momento más épico en los episodios de la guerra del pacífico, aunque continuaría con un carácter diferente hasta hoy.

Espejismos chinos

La presencia de chinos en Chile se cuela desde mucho antes de la guerra. Sus registros son como citas casuales, vistazos de hombres que aparecían repentinamente sin que nadie explicara cómo llegaron allí y con los que, al parecer, no había posibilidad (ni interés) de comunicarse. Hacia 1850 Vicuña Mackenna recuerda haber visto a diez chinos trabajando en Quillota y a otros cincuenta en una mina del norte, según detalla el libro de Diego Lin Chou.En ese rastro improbable se perdió incluso más de alguna historia familiar. Como la que descubrió Kranko Zapatta un periodista que se enteró de que su padre, que decía ser oriundo de la sierra peruana, era hijo de un culí que adoptó el nombre de una familia que lo refugió.

"Mi abuelo después de la Guerra del Pacifico se quedó en Perú. Se hizo pasar por Serrano (indígena de los Andes peruanos). Allí estaba con una familia que hacía la comida en un campo de prisioneros y adoptó su apellido". El abuelo partió a Ecuador, allí formó familia. Luego uno de sus hijos se vino a Chile. Aquí se casó y vivió sin nunca reconocer su origen chino, ni comentarles de ese origen a sus propios hijos. Sólo se enteraron cuando un hermano de Kranko Zapatta visitó a la familia ecuatoriana de su padre. No los conocía, sólo sabía sus nombres, y como era natural todos eran en castellano. La sorpresa se la llevó en el aeropuerto cuando vio que sus anfitriones eran una familia evidentemente oriental. "¿Cómo no sabías que eras chino?" le dijeron.

Atípico mestizaje

Algo parecido debe suceder con un número importante de los descendientes de la inmigración temprana a la que alude Vicuña Mackenna, que terminó fundiéndose con la población local de las tierras al sur del norte salitrero.

Lo definitivo es que después de la Guerra del Pacífico los orientales siguieron concentrándose en el norte grande. "Esta tendencia se mantuvo en tres décadas del siglo XX por el auge de la industria calichera, los chinos llegados a Chile [lo hacían] por invitación de sus parientes o amigos". Si en 1875 había 122 en diez años la cifra llegaba a los 1.164.

Llegaban como trabajadores, ya no como culíes y sus nombres eran registrados según lograban darse a entender.

Luzmira Yáñez es profesora jubilada vive en Antofagasta. Su padre llegó a Arica en 1919. Natural de Cantón se radicó en Chile luego de servir en un barco inglés. Todo indica que su nombre era Hung Yang, pero el encargado de registrarlo encontró más apropiado el nombre Roberto y el apellido Yáñez creando la rama cantonesa de los Yáñez, tal como existe una de los López (derivada de Lo Pi) y los González (Wong Sa Lee).

"Mi padre se asimiló a la colonia china de Arica. Allí fundaron el club Chung Wha en 1923. Él fue el primer presidente y justamente los primeros directores tenían nombres españolizados: Antonio López, Manuel González y Felipe Leiva", explica Luzmira Yáñez.

Mejor suerte con la conservación de su patrimonio onomástico tuvo el padre de Gustavo Chiang, ingeniero y que junto a su hermano Jaime tienen el curioso récord de haber sido ambos rectores de la Universidad Federico Santa María "elegidos, no designados", aclara. El padre de los ingenieros Chiang llegó a Iquique en 1907 con 17 años y ni una palabra de castellano. "Es el único chino que logró conservar su nombre sin españolizar: Chiang Chi Juan". La salvedad era que como transcribieron Juan en lugar de Hwan, la gente lo llamaba "Juanito". Don Gustavo Chiang recuerda que llegó a trabajar como empleado de un almacén y a los diez años era dueño de uno. "Después se fue a un pueblo que se llamaba Lagunas -que está en el mapa, pero ya no existe- . Allí tuvo 5 pulperías". Chiang Chi Juan se casó en 1919, pero antes dejó el budismo. "Lo bautizó monseñor Caro", cuenta Gustavo Chiang, que con 80 años ha visitado varias veces China y la aldea desde donde partió su padre.

Actualmente, no existe una cifra del número de personas que compondrían la colonia china en nuestro país. Lo único claro es que la mayor parte de ellos está en el norte grande.



IQUIQUE ORIENTAL

Narciso Donoso
Corresponsal en Iquique

El arroz y el té son sagrados en Iquique. Ambas tradiciones fueron impuestas por los miles de chinos residentes desde hace más de un siglo. Sin embargo, y pese a estar a miles de kilómetros de su nación, los chinos están profundamente divididos por diversos factores.

El ex dirigente de la colectividad y actual gobernador rotario del Distrito 4320, doctor Alberto Chong, llegó a Chile a los 14 y señala con tristeza que es muy difícil terminar con las divisiones. Estima que en Iquique viven más de medio millar de chinos y que se dividen en tres grupos: los que llegaron entre 1920 y 1930 por el apogeo de las salitreras y se dedicaron al comercio, los que entre 1940 y 1960 instalan chifas y los que a partir del 90 vienen por la Zona Franca. Misma división hace Jou-Lin Fang (9Cool, quien agrega el componente político que dividió a los orientales entre nacionalistas y comunistas. Fang recuerda con nostalgia la fuerte presencia que alcanzó su colectividad y que les permitió incluso mantener un hospital, clubes y hasta un equipo de básquetbol. Llegó a Chile en 1928 después de 60 días de viajar en tercera clase en el vapor japonés "Amoy Meru". Fue dirigente de la colectividad y luchó por integrar a los descendientes de chinos nacidos en Chile. Cuando Iquique tenía 30 mil habitantes, los chinos sumaban mil y sus negocios estaban en todas las esquinas. Y el análisis de Chong y Fang se hace evidente cuando se trata de conversar con algunos de los propietarios de los más de 50 chifas existentes en la ciudad, quienes luego de preguntar "para llevar o servir" y enterarse de que se trata de una entrevista, se rehusaban a hablar o pierden por arte de magia su capacidad para entender español. Sus compatriotas los acusan de no interactuar con la comunidad y sólo dedicarse a ganar dinero.

Una excepción a la condición anterior es el dueño del restaurant Sol Oriental, Fabio Huafang (3Cool, quien es egresado de gastroeconomía y cocinero de trayectoria reconocida. Fabio llegó en 1996 a Chile y comenta. "Hay dos estilos de chino, los que vienen de Cantón y los de Shanghai y el norte. No hay mucha unión como colectividad porque todos se dedican mucho al trabajo y son grupos cerrados".En cuanto a las diferencias por el comunismo, estima que es un mito y que hoy el "comunismo chino es más capitalista que el propio Estados Unidos".

Cuento chino

La actriz y dramaturga Alejandra Rojas junto al Premio Nacional de Arte Gustavo Meza preparan una obra sobre la participación de los chinos en la Guerra del Pacífico. La obra, con financiamiento del Fondo Bicentenario, se llamará "Xi wang zhi di" (Tierra de Esperanzas) e itinerará por las ciudades del norte. "Ya hemos hecho parte de la investigación. Tenemos plazo hasta diciembre para escribir los textos, el guión y luego tener el montaje el próximo año", explica Alejandra Rojas.

Será uno de los escasos reconocimientos de la participación china en la historia del norte de Chile. Marcelo Villalba, investigador de la Guerra del Pacífico, ha estado tratando de iniciar una campaña para levantar un monumento a los chinos de la guerra. "Es una deuda que se tiene para con ellos y que se ha propuesto a las autoridades chinas y esperamos que alguna municipalidad se sume a esta iniciativa. Los chilenos les debemos mucho". Villalba mantiene un sitio web dedicado a la Guerra del Pacífico y conoce al detalle los pormenores del rol de los orientales en esta guerra. "Los chinos vivían bajo una esclavitud de las peores. Los grilletes que llevaban les provocaban heridas y les deformaban los pies. Algunos vivieron engrillados por más de 20 años". Villalba cuenta que en "Seis años de vacaciones" las memorias escritas por el oficial voluntario Arturo Benavides Santos en 1925 permiten conocer la manera en que se integraron los chinos a la causa de Chile. "Benavides relata la historia de un chino que es contratado en el Batallón Lautaro. Comienza cuando una avanzada de las tropas chilenas encuentra dos trenes en buenas condiciones pero con algunas piezas faltantes. Los chilenos reúnen a los residentes les indican que querían que aparecieran las partes faltantes; entonces se aproximó un chino de grandes proporciones y con una actitud tranquila dijo que él sabía dónde los peruanos escondieron lo que los chilenos buscaban para hacer funcionar los trenes, pero los entregaría solamente si era contratado por el ejército de Chile. La condición fue aceptada, se arreglaron las máquinas y el chino Hajan se transformó en uno más del Batallón Lautaro. Por sus formidables condiciones físicas, fue encomendado a llevar a los rezagados cuando se tocaba llamado a cuartel, los que no oponían resistencia ante este gigante asiático", puntualiza Villalba.